Sunday, April 5, 2020

MI ADICCIÓN EMPIEZA

Desafortunadamente eso fue como la tranquilidad en medio de la tormenta, volvió a caer la desgracia en nuestras vidas y otra vez con la misma persona; recuerdo estaba jugando con mis primas y hermanos y veo a mi mama hablando en la terraza, salgo a ver y veo que era mi padrastro; la verdad no supe de que hablaron, pero después me enteré que mi tía le decía que se quedara y ella no quiso y a la semana nos regresamos al valle, a continuar los problemas.
En fin, nos devolvimos otra vez con todas las cosas; si cuando ese señor nos hecho nuestros corotos que cabían en un saco; en este momento lo que llevábamos de regreso eran cuatro sacos pues mis tíos y con el trabajo de mi mamá se habían acumulado muchas cosas.
Los conflictos iban y venían, un tiempo estábamos bien y después ese man se escachalandraba y que decir de los maltratos verbales y psicológicos a los que nos sometía; yo lo odiaba, perdón, lo Odio y si ya está muerto espero que se esté revolcando en lo más profundo del infierno pues siento que por él fue que empecé con ese vicio del sexo en mi mente, digo así pues aunque adolescente me excitaba con esos temas no me atrevía a hacer nada pues sentía temor, perdón pavor por cualquier cosa e incluso me asustaba encontrarme por la calle con cualquier chico; tanto así que la casa donde vivíamos estaba en toda la mitad de la cuadra y la tienda en la esquina y cuando me mandaban a comprar algo y veía que había algún hombre o joven parqueado en ese camino, prefería agarrar para el otro lado y darme la vuelta a la manzana para no topármelo; quizás eso me lo gane de todas las historias que me contaban y por el susto de que al rozarme me contagiaran con algo y me quitaran la virginidad, que boba era en ese entonces.
Una vez no quería comer pescado, cuando eso tenía 7 años, acababa de llegar del colegio y ella preparo salpicón de pescado, pues yo en el recreo había comido un pan con pony que me regalo una compañera y me sentía llena, total le dije que no quería y pa que fue eso, parece que se le hubiera metido un espíritu maligno, cambio la cara, me agarro a la fuerza, me sentó en la mesa y a la fuerza me abrió la boca y me metía las cucharadas llenas; yo no podía y trataba de comer pero el llanto y la llenura me hizo vomitar varias veces así que cogió más rabia y me pegaba por la boca como que haciendo eso impediría que vomitara; no sé cómo hice pero me solté de sus manos y salí corriendo para el patio y cruce los zinc para caer donde una vecina que me quería mucho. La señora Matilde me cogió, me abrazo y yo gritaba de miedo pues si no me escapo me hubiera ahogado con la comida; En fin, la vecina viéndome en ese estado insulto a mi mama y la hizo recapacitar.
En otra ocasión cuando estaba en 5° de primaria, me acuerdo que perdí un examen de cívica, ese fue el día más terrible de mi vida, cuando me dieron el examen me puse a llorar pues sabía lo que me esperaba; dicho y hecho, ella me pregunto por el examen y con un pavor horrible se lo mostré y lo primero que me dio fue un puño en la cabeza y unos correazos que todavía me acuerdo, caramba que duelen, después cuando me tire en la cama y quede inmóvil pues de nada valía que me moviera y ella pegándome, entonces quiso rematarme poniéndome una almohada en mi cara y apretándola fuerte para que no respirara; como pude me la quite y salí corriendo para la calle y me quede donde la comadre Tita y solo regrese horas más  tarde acompañado de la comadre cuando ella se había calmado y hablaron ellas dos.
Todo empezó cuando él  con su costumbre de ver revistas porno, me invitaba a verlas, obviamente yo jamás había visto cosas así y ni en mi cabeza pasaban pensamientos de sexo y lo peor que sentía como si mi madre me fuera a ver; él era muy morboso y siempre notaba que se encerraba en el cuarto con las revistas y luego salía al baño con una satisfacción en su rostro;  siempre mantenía muchas revistas que mi mama sabía que tenía y no le decía nada como si fuera cosa suya de la que no debe meterse.
Para que yo le prestara atención y viera las revistas me insinuó que si no lo hacía me acusaría con mi mamá que me porte mal; puedes imaginar lo que pasaría si le dice a mi mamá, estoy muerta;  así fue que empezó a someterme a que leyera y viera las imágenes; yo no sé cómo no me dio un colapso pues me abrumaban dos temores pues mi mama me castigaría de una o de otra forma; tanto temor fue que no podía leer, se me perdían las líneas y las imágenes me parecían borrosas, pero era la única forma que mi padrastro no le contara nada a mi mamá.
Ya pasadas varias veces que fui obligada ya el temor se fue diluyendo y pude ver y leer mejor; en un principio leía rápido para salir del paso pero las historias fueron haciendo mella en mí y me envolvieron en cosas que aun no había experimentado pero que me daba placer; mi padrastro como justificación me recalcaba que así estaría preparada cuando fuera mayor pero yo se que esa no era la razón; yo notaba la felicidad en él cada que leía con él mientras mi mamá ilusa no sabía.
Con el tiempo el desgraciado de mi padrastro no tuvo necesidad de obligarme porque ya había cogido interés a leerlas; me encantaban esas historias que pensé nunca llegaría a hacerlas mías y menos así como eran contadas; las recreaba en la mente reforzadas con las fotos; imaginaba esas personas realizando el sexo como si las viera frente a mi; historias de parejas, tríos y orgías; sexo en la cama, en la cocina, en la playa, en el bosque, en el carro, etc.; ahí aprendí lo que es “el sometido”, “la mariposa”, “el misionero”, “coito”, “eyaculación”, “semen”; descubrí que tengo una vagina que se lubrica al imaginar las historias y  clítoris que se excita con el roce de mi panty.


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