Desafortunadamente eso fue como la tranquilidad en medio de la
tormenta, volvió a caer la desgracia en nuestras vidas y otra vez con la misma
persona; recuerdo estaba jugando con mis primas y hermanos y veo a mi mama
hablando en la terraza, salgo a ver y veo que era mi padrastro; la verdad no
supe de que hablaron, pero después me enteré que mi tía le decía que se quedara
y ella no quiso y a la semana nos regresamos al valle, a continuar los
problemas.
En fin, nos devolvimos otra vez con todas las cosas; si cuando ese
señor nos hecho nuestros corotos que cabían en un saco; en este momento lo que llevábamos
de regreso eran cuatro sacos pues mis tíos y con el trabajo de mi mamá se
habían acumulado muchas cosas.
Los conflictos iban y venían, un tiempo estábamos bien y después ese
man se escachalandraba y que decir de los maltratos verbales y psicológicos a
los que nos sometía; yo lo odiaba, perdón, lo Odio y si ya está muerto espero
que se esté revolcando en lo más profundo del infierno pues siento que por él
fue que empecé con ese vicio del sexo en mi mente, digo así pues aunque
adolescente me excitaba con esos temas no me atrevía a hacer nada pues sentía
temor, perdón pavor por cualquier cosa e incluso me asustaba encontrarme por la
calle con cualquier chico; tanto así que la casa donde vivíamos estaba en toda
la mitad de la cuadra y la tienda en la esquina y cuando me mandaban a comprar
algo y veía que había algún hombre o joven parqueado en ese camino, prefería
agarrar para el otro lado y darme la vuelta a la manzana para no topármelo; quizás
eso me lo gane de todas las historias que me contaban y por el susto de que al
rozarme me contagiaran con algo y me quitaran la virginidad, que boba era en
ese entonces.
Una vez no quería comer pescado, cuando eso tenía 7 años, acababa de
llegar del colegio y ella preparo salpicón de pescado, pues yo en el recreo
había comido un pan con pony que me regalo una compañera y me sentía llena, total
le dije que no quería y pa que fue eso, parece que se le hubiera metido un
espíritu maligno, cambio la cara, me agarro a la fuerza, me sentó en la mesa y
a la fuerza me abrió la boca y me metía las cucharadas llenas; yo no podía y
trataba de comer pero el llanto y la llenura me hizo vomitar varias veces así
que cogió más rabia y me pegaba por la boca como que haciendo eso impediría que
vomitara; no sé cómo hice pero me solté de sus manos y salí corriendo para el
patio y cruce los zinc para caer donde una vecina que me quería mucho. La
señora Matilde me cogió, me abrazo y yo gritaba de miedo pues si no me escapo
me hubiera ahogado con la comida; En fin, la vecina viéndome en ese estado
insulto a mi mama y la hizo recapacitar.
En otra ocasión cuando estaba en 5° de primaria, me acuerdo que
perdí un examen de cívica, ese fue el día más terrible de mi vida, cuando me
dieron el examen me puse a llorar pues sabía lo que me esperaba; dicho y hecho,
ella me pregunto por el examen y con un pavor horrible se lo mostré y lo
primero que me dio fue un puño en la cabeza y unos correazos que todavía me
acuerdo, caramba que duelen, después cuando me tire en la cama y quede inmóvil
pues de nada valía que me moviera y ella pegándome, entonces quiso rematarme
poniéndome una almohada en mi cara y apretándola fuerte para que no respirara;
como pude me la quite y salí corriendo para la calle y me quede donde la
comadre Tita y solo regrese horas más
tarde acompañado de la comadre cuando ella se había calmado y hablaron
ellas dos.
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Todo empezó cuando él con su
costumbre de ver revistas porno, me invitaba a verlas, obviamente yo jamás había
visto cosas así y ni en mi cabeza pasaban pensamientos de sexo y lo peor que sentía
como si mi madre me fuera a ver; él era muy morboso y siempre notaba que se
encerraba en el cuarto con las revistas y luego salía al baño con una satisfacción
en su rostro; siempre mantenía muchas
revistas que mi mama sabía que tenía y no le decía nada como si fuera cosa suya
de la que no debe meterse.
Para que yo le prestara atención y viera las revistas me insinuó que
si no lo hacía me acusaría con mi mamá que me porte mal; puedes imaginar lo que
pasaría si le dice a mi mamá, estoy muerta; así fue que empezó a someterme a que leyera y
viera las imágenes; yo no sé cómo no me dio un colapso pues me abrumaban dos temores
pues mi mama me castigaría de una o de otra forma; tanto temor fue que no podía
leer, se me perdían las líneas y las imágenes me parecían borrosas, pero era la
única forma que mi padrastro no le contara nada a mi mamá.
Ya pasadas varias veces que fui obligada ya el temor se fue diluyendo
y pude ver y leer mejor; en un principio leía rápido para salir del paso pero
las historias fueron haciendo mella en mí y me envolvieron en cosas que aun no había
experimentado pero que me daba placer; mi padrastro como justificación me
recalcaba que así estaría preparada cuando fuera mayor pero yo se que esa no
era la razón; yo notaba la felicidad en él cada que leía con él mientras mi
mamá ilusa no sabía.
Con el tiempo el desgraciado de mi padrastro no tuvo necesidad de obligarme
porque ya había cogido interés a leerlas; me encantaban esas historias que pensé
nunca llegaría a hacerlas mías y menos así como eran contadas; las recreaba en
la mente reforzadas con las fotos; imaginaba esas personas realizando el sexo
como si las viera frente a mi; historias de parejas, tríos y orgías; sexo en la
cama, en la cocina, en la playa, en el bosque, en el carro, etc.; ahí aprendí
lo que es “el sometido”, “la mariposa”, “el misionero”, “coito”, “eyaculación”,
“semen”; descubrí que tengo una vagina que se lubrica al imaginar las historias
y clítoris que se excita con el roce de
mi panty.
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Sunday, April 5, 2020
MI ADICCIÓN EMPIEZA
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